TERRAZAS AGRÍCOLAS ARTIFICIALES (LOS ANDENES)
Los incas tuvieron una especial preocupación por
encontrar formas para mejorar las condiciones del suelo para la agricultura. La
variedad del clima y del territorio difícil, los llevaron a buscar soluciones
diversas, y fueron muchas las formas que encontraron para hacer frente al
problema. Entre las medidas más conocidas se encuentran la construcción de
andenes, que durante el gobierno incaico se le dio una gran importancia. Aunque
demandaban movilizar grandes cantidades de mano de obra, que el estado inca
podía realizar con relativa facilidad.
Los andenes
son terrazas agrícolas artificiales que sirven para obtener tierra útil para la
siembra en las escarpadas laderas andinas. Permitían aprovechar mejor el agua,
tanto en lluvia como en regadío, haciéndola circular a través de los canales
que comunicaban sus diversos niveles, con esta medida evitaban al mismo tiempo
la erosión hidráulica del suelo. Los andenes no sólo servían para el cultivo
del maíz, sino para el cultivo de diferentes productos agrícolas, y aún para
diferentes usos: para sembradíos, para evitar la erosión, para el lavado de la
sal mineral.
Los
andenes han merecido amplias investigaciones e inclusive se trata actualmente
de reconstituirlos para beneficio de la agricultura. Ellos permiten cultivar
las laderas empinadas de las quebradas y evitar la erosión producida por las
lluvias.
La tierra
acarreada en los andenes después de la construcción de los muros de piedra y
del canal hidráulico que lleva el agua para el regadío desde el primer andén
hasta el último, es labrada con la chaki-taclla o taclla, típico
"arado" de pie indígena que es una herramienta para remover la tierra
y para abrir huecos donde poner las semillas.
En la
costa, algunos angostos andenes que carecen de agua y de canales de riego
fueron utilizados como tendederos para secar algunos productos agrícolas como
el ají (Capsicum sp.). Ejemplo de esto son los andenes que están detrás del
edificio de Puruchuco en Lima. Otros como en Carquín, cerca de Huaura, servían
para secar pescado.
Los andenes poseen un atractivo
extra que va más allá del histórico y de sus originales motivaciones
económicas: Son en sí mismos recursos paisajísticos y su distribución en las
montañas andinas no está exenta de valores estéticos. Muchos de ellos siguen la
curva natural de las laderas lo que hace que guarden armonía visual con el
entorno. La idea de jardines colgantes en las montañas, puede calzar bien con
la descripción de los andenes, por eso considero a los andenes una de las
muestras artísticas más bellas de los incas.
Y tú ¿qué opinas?, observa las imágenes y bríndame tu
comentario.